jueves, 30 de mayo de 2013

Relato.

Me levanté sobresaltado en mitad de la noche y entonces escuché algo extraño, algo que gritaba en mi interior y que necesitaba salir, algo que realmente dolía: su recuerdo. Era otra noche más en silencio, pensándola en gritos, era otra noche más que no me había creído que ya no estaba aquí, que no volverá, que estoy solo. Cada día que pasaba intentaba asimilarlo de alguna manera posible, buscando la solución sin tan siquiera saber realmente cual era la pregunta. ¿Cómo olvidar algo, que querías recordar siempre, que no querías dejar? ¿Cómo? Quizás, esas sean las preguntas que busco en mi solución perdida. He pensado muchas veces en quitarme del medio, para dejar de sentir dolor, pero esto tampoco hará que la recupere, que esté a mi lado, que vuelva a mí. Así que descarté esa opción pero..¿Cuántas salidas más me quedan? Sí, exacto. Ninguna. Cada día que pasa voy con ella intentando haciéndola saber que yo estoy a su lado, aunque ella no pueda del mío, intentando cumplir lo que un día dos locos enamorados prometieron; estar juntos por siempre. Sé que llegará el día en el que nuestros caminos se separen, y que por un medio u otro, no vuelvan a juntarse jamás. Pero en esa medida de tiempo, me quedaré postrado en la cama con ella, escuchando los últimos latidos de su corazón, compartiendo suspiro por suspiro, recordando momentos que quizás habrá olvidado, pero siempre a su lado, porque mi promesa permanecerá siempre en ella, guardada en los más profundo de nuestros corazones y entonces, nuestra historia volverá a empezar en otro momento, en otro sitio, en otro mundo, como empezó: con un beso.

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