lunes, 15 de octubre de 2012

Y después de todo, sigo aquí.~


Van pasando los días y ya ha pasado tiempo desde que decidí intentar sonreír y no he encontrado resultado en ningún sitio, ni tampoco en mí misma. Puedo sentir los días de lluvia, puedo sentir el frío que abraza mi piel, y es el mismo que siento por dentro, en mí, en mi interior. Me asomo a la ventana, la lluvia acaricia mi cara con suavidad, y me recuerda cada noche que he estado abrazada a mi almohada, atada a un pasado, en mi propio presente. Supongo que es hora de olvidar, pero parece ser que mis recuerdos no entienden eso, aunque yo por entender, tampoco entiendo nada. Pasan las horas  y se suman las decepciones, ''grandes amigos pueden volverse grandes desconocidos'', sí, y eso lo aprendo y lo vivo en mi día a día sin poder hacer nada, sin poder remediarlo y sin quererlo, eso se vuelve en mi rutina diaria. Miro a mi alrededor, me paro, veo como todo pasa, pero sin embargo, no avanzo, sigo estancada, bloqueada, sin saber qué hacer y supongo que es por eso por lo que estoy perdida y voy quedándome atrás en este camino observando como gente que estaba en mí, se va. Y así como también he sentido la lluvia en mí por unos instantes, también he sentido la felicidad, aunque sea también instantáneamente y aunque siempre me quede con ganas de más. Pero a pesar de todo, de cada obstáculo, de cada golpe, aquí estoy, poniendo una sonrisa y buscando respuestas sin tan siquiera saber las preguntas, y sobre todo, teniendo claro que aunque caiga como muchos, sé que me levantaré como pocos y, en ese mismo momento, podré avanzar porque aún queda mucho por recorrer, y esto, solo es el principio de un largo camino, de mi propio camino.

sábado, 6 de octubre de 2012

Una pequeña historia.. (:

Empezaba el verano y con él mis vacaciones. Mis padres y yo nos decidimos por irnos de vacaciones a Alicante, ya que por años anteriores, ya nos lo conocíamos y así dejábamos el riesgo de perdernos a un lado. Tenía la sensación de que estas vacaciones iban a ser diferentes, algo especiales, y no me equivoqué. Todo empezó en una playa al lado de donde nos cogimos el hotel, y ahí, estaba él, el chico perfecto, mi chico perfecto, con una sonrisa radiante y una mirada con la que te derretía con tan solo mirarle. No me podía ir de allí sin conocerle, así que por una vez, tomé las riendas, y me arriesgué. Estuvimos hablando durante horas, aunque me parecieron minutos así que como ya era de noche, decidimos dar un paseo por la playa. Nuestros pies acariciaban la arena con suavidad, mientras yo me quedaba embobada con su sonrisa, como si su mirada me hipnotizara, entonces, me dí cuenta, que por primera vez, me enamoré. Nunca había sentido algo así en tan poco tiempo, en tan solo unas horas y unos simples minutos. Después de un rato, nos sentamos. Su voz se había convertido en una de las melodías más bonitas que había escuchado, mientras de fondo, se podía observar como la marea bajaba y subía y finalizaba en la orilla. En ella, se reflejaba la luna y las estrellas, que hoy parecían brillar más que nunca, o eso me parecía a mí. Él y yo seguíamos entre bromas y bromas, acabando dentro del agua. La gente nos miraban mal, pero ¿Qué importa? Éramos felices, salpicándonos el uno a otro, cuando solo se podía escuchar nuestras risas, cuando las palabras sobraban. Sentía unas mariposas, no solo por mi estómago, si no por todo mi cuerpo que hacía que mi corazón latiera a mil por hora, con fuerza, con vida. Hubo un instante, en el que todo mi cuerpo se paralizaba cuando veía que poco a poco se iba acercando a mí, y en el medio del mar, como dos tontos, mientras que la marea nos empujaba con algo de fuerza hacia la orilla, me besó. En ese instante, todo desapareció menos él, y sentía como el tiempo se paraba aunque las horas seguían pasando. Mi intuición acertó, y mi suerte apareció para quedarse, aunque por poco tiempo. Después de unos días, todo cambió, se quedó en un amor de verano, un amor inolvidable. 

Días de lluvia, días para recordar.


La lluvia golpea mi ventana con fuerza, los días pasan y las decepciones aumentan..Salgo a la calle y siento el frío que abraza inesperadamente mi piel y me recuerda al mismo frío que siento en mi interior pero que en este caso, aguarda en mí, como a la gente que necesito y que hoy por hoy, no está. Voy en busca de algún motivo por lo cual sonreír pero como otro día más, no obtengo resultado. Me doy la vuelta y vuelvo a mi casa mientras siento como el viento se lleva con él mis ganas de ir hacia adelante, mis sentimientos.. pero no los recuerdos, esos recuerdos que parecen vivir en mí, como de un virus se tratase y que aunque quiera.. no puedo olvidarlos. A veces, querer no es poder, es un '' quiero y no puedo '' y tengo que acostumbrarme a ello, pero nunca aprendo. Miro al suelo, mis piernas avanzan, paso a paso, y mientras mi cabeza se llena de preguntas, dudas, que probablemente, nunca tendrán una respuesta. Casi he llegado, y es ahí, cuando la primera lágrima cae, y se junta con la lluvia, ya no distingo que roza mi cara húmeda, y siento que el mundo, otra vez, me ha comido a mí. Me siento y me apoyo en la primera pared que encuentro por la calle, cierro los ojos, imágenes aparecen por segundos, una tras otra, volviendo a momentos en el que yo era feliz y recordándome otra vez, que en mi día a día, no lo soy. Vuelvo abrir los ojos mientras, llena de impotencia, doy un golpe al suelo. Sigo empapándome bajo una lluviosa tarde y el sol parece ser que se haya escondido entre las nubes, pero me da igual, ya que no hay medio que pare la tormenta que siento en mi interior y que ya no puedo ocultar más en mí.