sábado, 6 de octubre de 2012

Una pequeña historia.. (:

Empezaba el verano y con él mis vacaciones. Mis padres y yo nos decidimos por irnos de vacaciones a Alicante, ya que por años anteriores, ya nos lo conocíamos y así dejábamos el riesgo de perdernos a un lado. Tenía la sensación de que estas vacaciones iban a ser diferentes, algo especiales, y no me equivoqué. Todo empezó en una playa al lado de donde nos cogimos el hotel, y ahí, estaba él, el chico perfecto, mi chico perfecto, con una sonrisa radiante y una mirada con la que te derretía con tan solo mirarle. No me podía ir de allí sin conocerle, así que por una vez, tomé las riendas, y me arriesgué. Estuvimos hablando durante horas, aunque me parecieron minutos así que como ya era de noche, decidimos dar un paseo por la playa. Nuestros pies acariciaban la arena con suavidad, mientras yo me quedaba embobada con su sonrisa, como si su mirada me hipnotizara, entonces, me dí cuenta, que por primera vez, me enamoré. Nunca había sentido algo así en tan poco tiempo, en tan solo unas horas y unos simples minutos. Después de un rato, nos sentamos. Su voz se había convertido en una de las melodías más bonitas que había escuchado, mientras de fondo, se podía observar como la marea bajaba y subía y finalizaba en la orilla. En ella, se reflejaba la luna y las estrellas, que hoy parecían brillar más que nunca, o eso me parecía a mí. Él y yo seguíamos entre bromas y bromas, acabando dentro del agua. La gente nos miraban mal, pero ¿Qué importa? Éramos felices, salpicándonos el uno a otro, cuando solo se podía escuchar nuestras risas, cuando las palabras sobraban. Sentía unas mariposas, no solo por mi estómago, si no por todo mi cuerpo que hacía que mi corazón latiera a mil por hora, con fuerza, con vida. Hubo un instante, en el que todo mi cuerpo se paralizaba cuando veía que poco a poco se iba acercando a mí, y en el medio del mar, como dos tontos, mientras que la marea nos empujaba con algo de fuerza hacia la orilla, me besó. En ese instante, todo desapareció menos él, y sentía como el tiempo se paraba aunque las horas seguían pasando. Mi intuición acertó, y mi suerte apareció para quedarse, aunque por poco tiempo. Después de unos días, todo cambió, se quedó en un amor de verano, un amor inolvidable. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario